En 1926, el físico austríaco Erwin Schrödinger derivó una
ecuación de ondas desde el principio variacional de Hamilton inspirándose en la
analogía existente entre la
Mecánica y la Óptica. Esta ecuación, cuya formulación se
puede ver en el artículo An Undulatory Theory of the Mechanics of Atoms and
Molecules de la revista Physical Review, explicaba mucha de la fenomenología
cuántica que se conocía en aquel momento.
Aunque estaba claro que esta ecuación describía la evolución
temporal del estado cuántico de un sistema físico no relativista, fue pocos
días después de su publicación cuando el físico alemán Max Born desarrolló la
interpretación probabilista del objeto principal de la ecuación, la función de
onda, que sigue vigente hoy en día ya que entró a formar parte de la llamada
interpretación de Copenhague de la Mecánica Cuántica , con la que Schrodinger nunca
estuvo del todo de acuerdo. Sus ambiciones al abordar la tarea eran encontrar,
en analogía con la Óptica, el límite en el cual se pudieran describir de forma determinista
las trayectorias de las partículas. Llegó a proponer una interpretación de la
función de onda como densidad de carga que no fructificó. En este sentido
Schrödinger fue, al igual que Einstein, profeta y hereje de la teoría cuántica.
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Erwin Schrodinger |
El desarrollo que haremos aquí no es el histórico. Partiremos
de principios de simetría apoyados en el teorema de Wigner, físico húngaro
artífice entre otros de la llamada interpretación ortodoxa de la Mecánica Cuántica ,
para llegar a una formulación general que devenirá la original de Schrödinger
cuando nos ocupemos de la representación en el llamado espacio de posiciones.
Fuente del texto: http://www.fisicafundamental.net/
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